viernes, 13 de agosto de 2010

FIN DE SEMANA POR BURGOS ¨LAS MERINDADES¨

Bueno en esta ocasión la cosa llevo algo más de tiempo. Y gracias al trabajo de Carlos, el guía, pues si no es por el no vamos a ningún sitio esi fin de semana.
Total que el se encargó de planear el viaje y con mucho acierto diría yo.
El viaje comenzó de Sábado, temprano para aprovechar bien el tiempo. Aunque el tiempo precisamente fué lo que nos complicó un poco aquella mañana. Salimos de Oviedo a eso de las 8 creo y estaba nublado, pero hay amigo cuando llegamos cerca de Llanes. Empezó a llover a base de bien y claro la primera parada no se hizo esperar.
Paramos en cuanto pasamos de Llanes, antes de llegar a Buelna. Una marquesita del autobús, sirvió para que pudiéramos colocarnos los trajes de agua. Y ya de paso pues para tomar un cafetín en el bar de enfrente. Y ya puestos, probar suerte con la primitiva.
Después de una parada de 1 hora aproximadamente y viendo que parecía que la lluvia paraba. Salimos de nuestro refugio.
Pero de parar nada, más agua, mucho tráfico y lento hasta que llegamos a la autovía. Paró de llover y se rodaba bastante mejor. Una buena marcha nos llevó hasta Torrelavega. Pero allí empezaron los primeros contratiempos a cuenta de los dichosos aparatitos llamados NAVEGADORES.
continuara...........................
Bueno ya está bien de tener aparcada esta crónica.
Después de solucionar el tema de los navegadores, nos dirigimos hacia el puerto de El Escudo, carretera muy buena cuando el tiempo acompaña pero muy chunga si hay niebla y encima llueve.
Una vez pasado el Escudo y no me acuerdo exactamente si  antes o despues de llegar a Corconte, tomamos un desvío a la izquierda que nos llevaría derechitos hacia las Merindades Burgalesas. Primero la carretera era más bien mala, la típica de esas que hay por León y Burgos, que parece que vas por encima de las olas del mar. Pero eso fueron pocos km´s. En adelante la carretera se volvería sinuosa pero de buen firme y sobre todo la zona por la que discurría. Justo pegado al Río Ebro.



Durante unos kilómetros seguimos el curso del Río como si de otra carretera paralela se tratase.
Nuestro siguiente paso era buscar un pueblo donde comer, habíamos pasado por algunos pero en lso que no se adivinaba ningún sitio donde comer y  ya tarde, más de las 2:30 llegamos a Trepaderne. un pueblo que parecía más grande y donde sin duda habría sitios para comer. Por fín comimos algo que ya había una hambre importante, pero eso sí, primero un vinín.




Despues de asentar el estómago y de echar una parrafada en condiciones y de como no, después de criticar la comida, al camareru y todo lo que se mena, pues ya estábamos listos pa volver a montar encima de la moto y de nuevo ruta.
Ruta que nos llevaría por varias poblaciones de Las merindades pero no lás más importante, que quedarían reservadas para el día siguiente.
Pero con eso y todo todavía nos dio tiempo a pasar y visitar el Castillo de Frías y el pueblo. Típico pueblo de los que salen en las películas y series tipo Águila roja. Tiene mucho encanto el pueblo y sobre todo el Castillo, muy bien conservado y sobre todo restaurado pero respetando todo lo original nada de modernidades, como parece que está de moda hacer últimamente con los castillos que restauran. Este conserva toda su belleza original.
También su puente conserva todo lo tradicional y está conservado en un estado impecable.

En el pueblo existen unas tiendas con un encanto especial. Una de ellas, la que nosotros visitamos, esta ubicada dentro de una cueva cavada en la propia Roca. La verdad que es digno de ver.
También hay mucho negocio de restaurantes y terrazas, que me imagino funcionarán en la época del Verano.
Después de visitar más o menos bien Frías, nos dirigimos a rodar un poco, pues queríamos ir hasta Medina de Pomar para ver otro castillo si el tiempo nos lo permitía y el Castillo merecía la peno ver. Pero no sin antes pasar por un pueblo que se llama Tobera, donde hay una iglesia o capilla muy peculiar, también hay un puente que por poco se nos hunde bajo nosotros. Y visitamos una pequeña cascada.

Todavía nos quedaría tiempo para dirigirnos a visitar Puentedey, deslizándonos por una carretera perfecta para curvear, con un asfalto perfecto y disfrutar de la moto y de unos paisajes espectaculares. Cuando llegamos a Puentedey, enseguida nos dimos cuenta del por que de ese nombre. Prácticamente más de la mitad del pueblo está ubicado sobre un puente natural en la Roca que sobrevuela el Río Ebro  y que sinceramente es espectacular y digno de ver. Otra manera el pueblo es un pueblín pequeño que lo único qeu tiene es ese puente y claro, el encanto de esos pueblos burgaleses que cuando llegas a ellos parece que as llegado a una época pasada, donde todavía no existían las motos. Después de dar un paseín y de hacer un poco de comedia(como no) no fuimos hacia las motos.
Desde allí nos dirigimos hacia Medina de Pomar. Ya se empezaba a poner algo oscuro el día y aun no teníamos ni donde dormir ni donde cenar ni na. Pero no hay nada que interrumpa el viaje a unos moteros acostumbrados a todo, o a casi todo.........

Llegamos a Medina y lo primero que hicimos fué preguntar para llegar al castillo. Llegamos al castillo y nos dio la impresión desde la puerta que estaba demasiado moderno por el interior y encima cobraban 4EUROS por la entrada. Nos pareció  caro y nos fuimos dando un paseo por el casco antiguo. Tuvimos tiempo de ir a una taberna a tomar una cerveza, donde nos confundieron primero con que éramos catalanes y luego gallegos, eso nos dio pie a entablar conversación con la camarera que además nos indicó a donde ir y donde había fiesta y todo vamos. Con la misma nos despedimos y nos dirigimos hacia Villarcayo.
allí fuimos recibidos con todo tipo de celebraciones fiesteras, pasacalles, música, desfiles y que se yo cuanto más. Una cosa que nos llamó la atención fué que todo estaba lleno de banderas españolas, algo que no debería de chocar a nadie, pero........
Bueno aparcamos las motos y nos pusimos a buscar donde dormir y nos indicaron un hostal a las afueras del pueblo y que después de caminar bastante, pues a alguien se le ocurrió decir que estaba a 5 minutos y fueron 12 o 15. Pues encontramos el hostal. La verdad que tenía muy buena pinta y después de que nos enseñaran las habitaciones decidimos que nos quedábamos allí. Otra vez andando a por las motos, yo ya no podía más, esto de caminar no ye lo mio. Recogimos las motos y de vuelta pa el hostal, nos instalamos, una ducha y cambio de ropa. Ya estábamos listos pa la fiesta. Fuimos andando lógicamente pa en el caso de beber algo no tener que andar con la moto. Después de andar por el pueblo entre tanta gente, ruido, fiesta y comedia, nos dispusimos a buscar donde cenar. Y hay amigo eso si que fué una odisea. Claro, el día de la fiesta, sin reserva ni en los sitios baratos y menos en los caros(bendita crisis)y hubo que ir preguntando. Nos recomendaron unos pero todo lleno pero hasta toda la noche, osea una cosa exagerada. Entonces me topé con un chabal que conozco de Oviedo y después de una parrafadina me dijo don de había uno que igual tenía sitio. Hacia allí fuimos y la verdad que si nos cogía pero tuvimos que esperar un cuanto. Cuando entramos y con la fame que teníamos no nos apetecía más que un plato conbinao y una sangría. La verdad que no estuvo mal después de las vueltas que nos costó encontrar donde cenar.
A continuación nos fuimos un poco hasta la fiesta y a tomar algo. pero no estiramos mucho la noche pues al día siguiente había bastante que hacer y unos cuantos km´s que rodar.
Al día siguiente amaneció un día espectacular, sobre todo para rodar en moto y visitar lugares especiales.
Nos despedimos de los dueños, después de una parrafada con ellos, ya que son gente muy amable y además pasan mucho tiempo por Asturias y más concreta mente por el Oriente. Total que charlamos un ratín y con la misma salimos para que las motos nos llevaran hasta Cueva de ojo Guareña o algo así. Es una sitio de un paisaje espectacular y que sin duda hay que visitar. Eso sí con algo más de tiempo que nosotros, pro lo menos un día más. Vimos por donde se esconde el río, hay un camino echo con grava para poder bajar donde el río desaparece. Más arriba existe una iglesia que está totalmente construida debajo de la roca, llama mucho la atención lo bien conservada que está. A la otra parte de la montaña donde está la iglesia, por la otra vertiente hay una carretera que viendo la daban ganas de salir a rodar por ella. Pero en definitiva todo el paisaje es espectacular y siempre es lo mismo, falta tiempo para verlo todo.
A continuación ya se acercaba la hora de comer y ni había tiempo para entretenerse más y ni podíamos demorarnos en ir a comer, pues tampoco teníamos claro donde. Después de rodar un buen rato, paramos en un restaurante a la orilla de la carretera que parecía un poco cutre y que al final resulto que comimos muy bien y económico.
La verdad que comimos sin prisa pues después de no poder ver todo lo que queríamos, ahora resulta que nos sobraba el tiempo.
Fuimos en dirección de nuevo al puerto de El Escudo, donde a diferencia de del dos días antes ya no había niebla, ni lluvia ni nada que nos interrumpiese el viaje de regreso. Hicimos una parada en Unquera  para tomar un café y comprar unas corbatas. Allí fué donde vimos algo que a mí especialmente me llamó la atención.
Primero las motos, dos Honda GOLDWING de color gris plata, con todo los accesorios posible, bellas, grandes, simplemente IMPRESIONANTES y no bastaba con toso eso. si no que además acababan de llegar junto con sus dueños de un viaje especial, algo que yo mismo en no mucho tiempo también realizaré.
Venían de NORTH KAPP o CABO NORTE. Tenían puestas en la parte de atrás del baúl, sendas pegatinas que certificaban la realización del viaje. Además tuvimos la fortuna de poder hablar con los dueños, que nos vieron mirando las motos y nos saludaron. Eran don paisanos catalanes muy enrrolaos. Nos contaron cosas interesantes(al menos para mi) sobre la realización del viaje y bueno, un poco de charla.
A continuación salimos rumbo a Oviedo, pues ya se acercaba la hora para poder llegar, desmontar todo y descansar, pues al día siguiente había que currar.
Llegamos a Oviedo sin ningún contratiempo y después de pasar un fín de semana estupendo gracias al magnífico trabajo de preparación de mi colega Carlos, pues sin el nunca habría echo yo esta ruta. Lo único que nos faltó fué tiempo suficiente para verlo todo bien. pero en otra ocasión será.
Gracias por el esfuerzo.
Y a todos los que leáis esto, deciros que no os perdáis esta zona pues es una auténtica pasada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario